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Autodefensas en Michoacán (foto publicada en Excélsior)

24 de febrero de 2014

Bebederos

El Senado de la República aprobó el pasado jueves una reforma que obliga a las escuelas públicas a instalar bebederos de agua y fija plazos para que hagan lo mismo los planteles escolares privados. Después de otorgarle su respaldo de manera unánime, esta Cámara la turnó a los diputados para su discusión y eventual aprobación.
Señoras y señores, lo que estamos atestiguando es nada menos y nada más que la gestación de los próximos spotscon los que los legisladores federales darán cuenta al público de la trascendencia de su labor, considerando que el año próximo habrá elecciones para renovar el Congreso de la Unión y sí, es necesario que la gente sepa lo que nuestros diputados y senadores hacen por nosotros.
Ni exagero ni ironizo. Ya en el pasado desde San Lázaro se atrevieron a difundir anuncios televisivos en los que hacían que niños dijeran preciosidades como ésta: “Quise venir a dar personalmente las gracias a los diputados y diputadas por dar una pensión a mi abuelita”. Otro agradecía un puente, otro la escuela, otro el alumbrado público, y así.
Por supuesto, no desdeño la valiente decisión que tuvieron los diputados el pasado 10 de febrero de, dicho con sus palabras, eliminar la propaganda inútil y utilizar sólo sus tiempos oficiales en radio y televisión para difundir mensajes que sirvan a la ciudadanía, según el anuncio que hizo aquel día el presidente de la Mesa Directiva, Ricardo Anaya.
Como resultado de un ejercicio de autocrítica (ruborización mediante, supongo), la Cámara de Diputados determinó que ahora difundirá mensajes que cumplan tres requisitos: que contengan información que no conozcan los ciudadanos, que esa información sí sea “útil” y que pueda reportar “beneficios concretos”. Asimismo se buscará que estos lineamientos se vuelvan institucionales y perduren a lo largo de varias legislaturas (Excélsior 10/2/2014).
La obligatoriedad de los bebederos les da a los legisladores una oportunidad de oro para cumplir estas reglas en sus futuras políticas de comunicación social. De veras, lo digo sin ánimo de burla. De entrada, no cuestiono el fondo de la reforma aprobada a la Ley General de Infraestructura Física Educativa para que se establezca como una obligación la oferta suficiente de agua potable para consumo humano en los planteles escolares.
La “utilidad” y el “beneficio concreto” de esta nueva normatividad me parecen obvias: lo que sí es difícil es que ésta sea del conocimiento público. Pasó inadvertida en el momento de su discusión el año pasado como parte de la Reforma Financiera, en la que se impuso como obligación al momento de establecer un gravamen a los refrescos con la finalidad de reducir los niveles de obesidad en el país.
En diciembre, los ojos del país estaban concentrados en la Reforma Energética, lo cual era explicable desde el punto de vista de la agenda informativa, la trascendencia de esa iniciativa y, sobre todo, la guerra propagandística establecida por todos los medios tanto por parte de sus promotores como de sus detractores.
Pero ahora, si los diputados avalan lo aprobado en el Senado, el Presupuesto de Egresos deberá incluir una asignación para proveer de bebederos con suministro de agua potable a todos los planteles públicos del país. Cuando esta loable medida se haga realidad, sí habrá razón para que los niños vayan al Congreso a agradecerles a los legisladores que esta vez les dieron agua para evitar que tomen refrescos y sean más sanos.
De paso, los diputados pueden hacer spots para aprobar que legislaron en favor de que sólo difundan spots útiles. Estoy seguro de que la ciudadanía completa (y no sólo los niños) acudirán en tropel a la Cámara a agradecerles por pensar más allá del beneficio concreto que les brinda a ellos recurrir a esta publicidad (en descargo de San Lázaro, puede decirse que al menos allá promovían sólo lo que en estricto sentido hicieron, a diferencia de la asambleísta capitalina Ariadna Montiel, que tapizó de anuncios espectaculares la ciudad para hacernos saber que es una defensora férrea del petróleo, aun cuando hacerlo no está dentro de sus funciones como diputada local).
Ahora, sería de verdadera utilidad y beneficio concreto que partidos y legisladores cumplieran la tarea más urgente e inmediata de procesar en tiempo y forma las legislaciones secundarias de las trascendentes reformas que aprobaron el año pasado. La falta de cumplimiento en el plazo de las normas referentes a la ley de telecomunicaciones ya se está reflejando en los conflictos de los actores en ese sector. Y eso es tan sólo una probadita de lo que nos espera en materia de competencia económica y petrolera.
Ya que a los legisladores les da por abrevar en los manantiales de la demagogia, deberán hacer mucha saliva para convencernos de que esta vez sí lo harán bien. Necesitarán algo más que spots en la televisión.
MD
La detención de El Chapo Guzmán es, sin duda, un punto más en el marcador del gobierno de Peña Nieto. Sin embargo, aún hay pendientes en materia de justicia: Michoacán sigue siendo un foco rojo por la presencia del crimen organizado, por la violencia que ha generado el grupo o los grupos rivales a los cárteles de El Chapo, los Beltrán oLos Zetas. En Morelos el secuestro y la extorsión son otro pendiente. Esperamos que la detención del hombre al queForbes le dedicó páginas por su enorme fortuna e influencia, sea la muestra de que el gobierno federal va por todos.
                Twitter: @Fabiguarneros


Fabiola Guarneros Saavedra-Bebederos

20 de febrero de 2014

Contrastes

Hace más de 20 años, cuando México, Estados Unidos y Canadá negociaban el Tratado de Libre Comercio, una palabra común entre quienes descalificaban el acuerdo era “asimetría”, esto es, la descomunal diferencia entre las economías de los tres países que hacían parecer a la nuestra como condenada a desaparecer, casi casi la consumación de una nueva conquista por parte de nuestros vecinos del norte.
Aquellos apocalípticos vaticinaron en sus pronósticos más pesimistas. Y si bien la “asimetría” no trajo consigo la aniquilación de la industria y el comercio mexicanos, sí trajo consigo otras circunstancias inéditas para la región, que no serán seguramente materia de la reunión del próximo miércoles de los mandatarios de las tres naciones en Toluca, pero que vale la pena reflexionar.
Más que de asimetrías, me gustaría hablar de los contrastes que rodean el vigésimo aniversario del acuerdo trilateral, sobre todo en lo que refiere a la relación México-Estados Unidos, marcada por dos agendas —migración y seguridad— que ensombrecen el optimismo respecto de un relanzamiento económico regional.
En el caso de la migración, el balón definitivamente está en la cancha estadunidense. Y en eso radica precisamente el mayor de sus problemas. Por más optimista que se pueda ser respecto de la aprobación de una reforma en la materia que regularizara el estatus de millones de compatriotas del otro lado, y que le permitiera justo a Estados Unidos aprovechar todo el potencial económico de esta población, todo parece indicar que de nueva cuenta se impondrá el cálculo electoral.
El propio presidente Barack Obama pareciera estar resignado a una nueva posposición al declarar a una estación radiofónica de habla hispana que confía en que la reforma migratoria esté lista antes de que termine su mandato, en 2017, aceptando implícitamente la dificultad de aprobarla este año ante el rechazo tajante de los republicanos en la Cámara de Representantes a siquiera discutir el proyecto avalado el año pasado en el Senado.
Darle un nuevo impulso a la economía regional sin reconocer de manera formal y en la ley el aporte mexicano y el de otras comunidades latinas a la economía estadunidense suena tan sólo a una buena intención. Qué más quisiera Obama que cumplir una de las mayores promesas a uno de los sectores de la población que más lo favorecieron con su voto, y qué más quisieran los republicanos moderados que poder capitalizar la decepción de millones de latinos hacia el demócrata. Ambos son víctimas de una porción de radicales de derecha que, si bien no son muchos, sí tienen la capacidad para frustrar cualquier iniciativa progresista en la materia. Lo peor es que, si en las elecciones de noviembre los demócratas pierden su de por sí débil mayoría, muy probablemente habrá que decirle adiós en mucho tiempo a una reforma que despoje a trabajadores comprometidos del adjetivo de ilegales.
Y es justo en el lado más oscuro de la ilegalidad, la relacionada con el crimen organizado, que de nueva cuenta la parte mexicana no sale lo mejor librada. Justo cuando la edición internacional de la revista Time destacó en su más reciente edición el cambio de percepción respecto del problema de seguridad que representaba México para Estados Unidos, en una corte texana surgió una historia escalofriante.
Como bien reportó Excélsior en su edición del pasado 12 de febrero, el sicario Jesús Ernesto Chávez Castillo El Camello confesó que perdió la cuenta luego de asesinar a 800 personas, como parte de su testimonio en el juicio por el asesinato de una empleada del consulado estadunidense en Ciudad Juárez y otras dos personas en 2010.
Testigo estelar en el proceso que se le sigue a Arturo Gallegos Castrellón, quien fue su jefe en el mundo criminal,Chávez Castillo también estuvo implicado en la matanza de jóvenes en Salvárcar, Ciudad Juárez, un crimen horrendo ad hoc con el estilo del que se jactó en su testimonio ante el tribunal, en el que muchos de los crímenes fueron cometidos “para infundir miedo”.
Aun cuando está por verse qué tanto de la confesión está soportado en hechos reales o es parte de un pacto de El Camello con autoridades estadunidenses para que lo protejan de posibles venganzas de Los Aztecas, la pandilla a la que pertenecía, de nueva cuenta el caso sirve para dar armas a los detractores de México en la Unión Americana, al subrayar la especie de que nuestro país es el que aporta la violencia extrema, sin contar que el vecino del norte aporta el mercado y, sobre todo, las armas que dan poder destructivo a las mafias. Puede sonar a prejuicio, pero por lo mismo no extraña que la nota de El Camello se haya conocido gracias a la cadena conservadora Fox News
En medio de estas imágenes extremas, la cumbre de Toluca marcará la agenda de la semana. Es de esperarse que, en medio de las albricias por los logros alcanzados por el libre comercio en 20 años y las expectativas en un mayor repunte económico gracias a las reformas emprendidas en nuestro país, haya un espacio para una reflexión serena de los pendientes de la agenda regional. La salvación pasa por ahí.
                Twitter: @Fabiguarneros

Columna publicada en Excélsior el domingo 16 de febrero

12 de febrero de 2014

Olga Sánchez Cordero, de hippie a la Corte

Les comparto la entrevista que le hicimos a la ministra en Excélsior Televisión, en el programa Entre Mujeres, la entrevista.

Se transmitió el sábado 8 de febrero.

Aquí la versión en el impreso, en Excélsior:



Olga Sánchez Cordero, de hippie a la Corte

11 de febrero de 2014

Maestros cobran como docentes, pero sacan copias o son choferes... / Entre Mujeres

¿Por qué han aumentado los casos de influenza en México? / Entre Mujeres

De película

Antes que nada, una confesión sólo en apariencia trivial: me encantaron las películas de Facebook.
Y lo digo porque, aunque pudiera parecer un simple entretenimiento, no quiero perder la capacidad de asombro frente a una maravilla tecnológica que ­—sí, me gana mi inquietud como periodista— tiene implicaciones mucho menos festivas y más trascendentes.
Para celebrar el décimo aniversario de su creación, Facebook regaló a todos sus miembros la posibilidad de crear un pequeño video de un minuto en el que se sintetiza la vida de cualquier usuario en esta red social: desde que ingresó, sus primeras publicaciones, las más celebradas, las fotografías compartidas, en una selección que asombra por la rapidez con la que se crea y porque los momentos elegidos sí son de los más significativos, como pude decir de mi caso y de los videos de mis amigos. 
Como suele suceder con las modas virales en internet, este regalo se convirtió rápidamente en objeto de deseo, pero también de odio. Verdaderamente no encontré muchos argumentos sólidos entre los detractores de los cortos, salvo la clásica pose de “yo también estoy en contra de esto”. Pero sí advertí, en un par de comentarios, cierta preocupación sobre el uso de materiales que consideramos de nuestra exclusiva propiedad, aun estando conscientes de que nosotros mismos los pusimos en manos de una empresa estadunidense. 
Sin ser una experta en tecnología, suena razonable pensar que los videos se realizan por medio de un programa automatizado que selecciona las publicaciones con criterios análogos o mediante un algoritmo. Sin embargo, da un poco de escalofrío pensar en la posibilidad de que en realidad hayan sido elaborados por “alguien”,  una o varias personas que tuvieron acceso a nuestra información, a la que creemos que se comparte sólo con nuestros amigos.
De ser así, ese individuo o grupo revisó ese archivo personal, hurgó entre cientos o quizá miles de fotografías y publicaciones, seleccionó con inteligencia aquellas que mejor describieran nuestra forma de ser y armó una historia que, en el caso de los videos de aniversario, puede resultar bonita. Pero que, más bien, pudiera tener otros usos, quizá no tan nobles (léase NSA). Hacen que uno se vuelvaconspiranoico, bonita palabra acuñada por un amigo que resume esta paranoia de nuestros tiempos.
Lo cierto es que las redes sociales nos han convertido a todos en seres públicos, algo que no existía hace diez años y de lo que aún no hemos cobrado plena conciencia. Esto conlleva a reflexionar sobre las responsabilidades que tenemos los ciudadanos comunes respecto a lo que publicamos y, más importante aún, las que tienen quienes, siendo ya personajes públicos, han incrementado su presencia por estas vías y la someten al escrutinio de una comunidad crítica, viva, vibrante.
Facebook no es el álbum familiar de fotografías que le mostramos a nuestros amigos cuando organizamos una tertulia en casa. Es una vitrina pública, un escaparate en el que nosotros decidimos abrir a la revisión de los demás nuestra vida personal. Se puede, desde luego, discrepar de las opiniones y prejuicios de quienes participan en redes sociales. Lo que no se puede hacer es evitarlas o reprimirlas. Son la evidencia más tangible de ese ente etéreo llamado opinión pública.
Los personajes sujetos a exposición mediática no pueden alegar inocencia ya frente a esta dinámica. Un cantante tiene todo el derecho y libertad de publicar en su cuenta de Twitter una foto suya en tanga, pero que luego no se extrañe de la reacción masiva, no siempre de buen gusto. Aún así, este caso y el de las películas de Facebook son protagonizadas por héroes o, en el peor de los casos, personajes de comedia.
Pero ya hemos visto bastantes ejemplos de villanos, así fuera involuntarios. Ya en el pasado, la infidencia de algún amigo de los hijos del líder petrolero Carlos Romero Deschampspuso a la vista de todos la vida de derroches que se presumía en Facebook. El caso más reciente es el de la senadora perredista Iris Vianey Mendoza, quien aparece en una fotografía al lado de la cantante Melissa, hija de EnriquePlancarte, identificado por las autoridades como líder del cártel de Los Caballeros Templarios.
La senadora Mendoza —quien pidió licencia para que la investigue la PGR, aun cuando eso no implique que pierda el fuero— no puede quejarse de la amplia difusión que tuvo esta imagen en redes sociales, cuando ella misma las utilizó hace meses para trivializar su investidura de representante popular al publicar fotos tomando el sol como una iguana, de acuerdo con sus propias palabras.
El caso de Iris Vianey se coloca en una frontera de líneas borrosas, en las que la sola aparición de un personaje público al lado de alguien señalado como delincuente da lugar de entrada a las peores interpretaciones, las más de las veces sin distinguir claroscuros, matices e intenciones. Entre los casos más conocidos está la noticia de que el futbolistaJared Borgetti y el boxeador Julio César Chávez Jr.estuvieron presentes en la fiesta en la que fue asesinadoFrancisco Rafael Arellano Félix, así como las imágenes en Twitter de Serafín Zambada, hijo de El Mayo, en las que aparece el también futbolista Cuauhtémoc Blanco. En otro extremo de la discusión está la foto que se tomaron el periodista Julio Scherer e Ismael Zambada, que si bien fue parte de un ejercicio reporteril, no por ello fue menos polémica.
En todo caso, es responsabilidad de las autoridades investigar si detrás de las imágenes difundidas en internet hay nexos reales con la criminalidad o, en el mejor de los casos, desafortunadas casualidades. Esa tarea de indagar pasa ahora por revisar exhaustivamente las redes sociales, como en otros contextos ya ha demostrado bastante bien que lo saben hacer las autoridades estadunidenses. Quizá por ello la senadora Mendoza haya decidido suspender sus cuentas en redes en lo que se le investiga. No querrá ser la mala de la película.
                Twitter: @Fabiguarneros
Publicada el domingo 9 de febrero en Excélsior

Mariguana

Los votos no se ganan con ocurrencias, la lealtad de un militante depende de la seriedad y el compromiso político.

La droga no es cosa de juego. Aunque la lectura fácil de la realidad pareciera presentarlo así.
En Estados Unidos, donde con frecuencia se llegan a entreverar la política y el espectáculo, ha causado cierto revuelo mediático lo que se ha llamado “El Súper Tazón de la mariguana”.
Se trata de la extraña coincidencia de que el partido final de hoy de futbol americano profesional será disputado por los Broncos de Denver y los Halcones Marinos de Seattle, originarios de Colorado y Washington, los dos estados de la Unión Americana que ya legalizaron el uso de la mariguana para usos recreativos.
En los días previos al partido de hoy, los medios estadunidenses se han regodeado en los chistes y ocurrencias desatadas a partir de esta casualidad: camisetas y gorras alusivas, los juegos de palabras comosmoke a bowl, que aluden a las pipas empleadas para fumar la mariguana, y la transformación del logo de la NFL, sustituyendo estas siglas por las del THC (tetrahidrocarbocannabinol, el componente químico de la hierba) y adornado con el típico símbolo de la hojita.
Buena parte de la permisividad respecto del tema hizo que pasaran relativamente inadvertidas las declaraciones del presidente Barack Obama al semanario The New Yorker, en la que opinó que la mariguana no es más peligrosa que las bebidas alcohólicas que son, por cierto, de las principales patrocinadoras del deporte del emparrillado.
Desde luego, todo el chacoteo sobre el Super Bowl se vale y causa gracia en el vecino país del norte mientras provenga de los propios estadunidenses, y más si son anglosajones. Pero cuidado si a algún mexicano se le ocurre reproducir estos símbolos, así sea de broma: ahí sí sería condenable y desataría la tradicional embestida de los sectores de la Unión Americana más xenófobos, que sólo conciben a la frontera sur como paso de terroristas y narcotraficantes. Simplemente recordemos cuando, en noviembre pasado, una tienda de recuerdos de la escudería McLaren en Austin, Texas, colocó una bandera mexicana con una hojita de mariguana durante las primeras prácticas del Gran Premio de Estados Unidos de Fórmula 1, hecho que ameritó una protesta enérgica del consulado de México en aquella ciudad.
(Por cierto, EU dio esta semana un nuevo ejemplo de su doble moral respecto de nuestro país: el mismo día que legisladores republicanos realizaron un cónclave para definir el sentido que le buscan dar a la reforma migratoria —cuyo interés real, valga decirlo, es evitar el rechazo hispano en las próximas elecciones de noviembre—, organizaciones civiles difundieron fotografías de cómo la patrulla fronteriza entrena a niños para disparar contra indocumentados, tal como reveló Excélsior en su edición del pasado viernes).
Hipocresías aparte, el ejemplo de Colorado y Washington pareciera inspirar al Partido de la Revolución Democrática en la capital mexicana, que impulsará en la Asamblea de Representantes del Distrito Federal (ALDF) un proyecto para aumentar de cinco a 35 gramos la cantidad de mariguana que un ciudadano pueda portar para su consumo personal.
A reserva de conocer en qué términos vendrá la iniciativa para juzgarla con mayor profundidad, la intención del perredismo capitalino despide un fuerte olor a… demagogia. Porque una propuesta así, que de entrada generará una polémica encendida, parece más destinada a complacer a sus bases más que a resolver un problema apremiante de salud pública.
De entrada, porque es ineludible que el debate tenga un alcance nacional e incluso internacional, habida cuenta el papel relevante de nuestro país en la producción, el trasiego y el consumo de drogas. Porque es discutible la idea de que la Ciudad de México pueda fungir como un ente aislado en la que se apliquen políticas distintas a las del resto de los estados, cuando más bien se requiere una estrategia integral.
A este respecto, sería conveniente que los legisladores fueran claros en especificar de qué forma una propuesta así se coordinaría (o al menos no entorpercería) con las acciones para el combate al narcomenudeo, que es una de las formas en la que el crimen organizado se ha insertado en la sociedad. ¿Tenemos la capacidad para evitar que en la ciudad más grande del mundo una idea posiblemente bienintencionada no se corrompa al grado de darle mayor poder a los delincuentes?
Y también cabe preguntarse seriamente si las autoridades sanitarias no se verían rebasadas ante un posible incremento en la cantidad de adictos, por más que se quiera insistir en campañas de concientización sobre los usos medicinales o terapéuticos de la mariguana y cómo darle un uso moderado. Se trata de una preocupación legítima no sólo desde el ámbito de las adicciones, sino porque existen otros problemas de salud pública que probablemente ameriten mayor atención y prioridad.
Mientras no se tenga toda esa información y un análisis a fondo del tema, la idea de legislar sobre un incremento en la cantidad de mariguana para consumo personal sonará más a una fumada. Y ya con el Súper Tazón tenemos.
                Twitter: @Fabiguarneros

Publicado el domingo 2 de febrero de 2014 en Excélsior