Cuando las emociones hablan

Salí del cine y me brotaron dos pensamientos:
Las emociones y las pasiones a veces son tus enemigos.
A veces tú eres tu propio enemigo. Uno se pone los límites.
El Cisne Negro (Black Swan) de Darren Aronofsky movió mis emociones y puso a trabajar la mente.
Al día siguiente, los pensamientos seguían dando vueltas y salió uno más:
Cuando el enemigo está en casa y se llama frustración.
La película me hizo echarme un clavado a mis emociones y pensamientos y observar la de los otros.
Hoy mi amigo Marco Gonsen me mandó la liga de la reseña del Cisne Negro de Diezmartínez, crítico de cine, y me encantó lo que leí.
Les comparto:
"Y es que este filme no es una representación realista de "El Lago de los Cisnes", sino la desbordada exploración de las neurosis de una joven mujer que está dispuesta a todo para "ser perfecta" -ojo: no bailar perfectamente, sino "ser perfecta", que es muy distinto. Así, la cámara de Matthew Libatique no conoce descanso -ni tripié- porque la desequilabrada Nina no descansa nunca, en ningún momento: no en su casa, con su horrenda madre atosigándola; no en los ensayos, con su manipulador director (Vincent Cassel) presionándola; no en su camerino, cuando el propio espejo se le rebela/revela; no entre sus compañeras, entre quien está su más peligrosa competidora (bellísima Mila Kunis); no en sus sueños, cuando se deja llevar por sus deseos reprimidos para poder asir ese lado oscuro que necesita para "ser perfecta".
Lean más, aquí la liga:

Vértigo