La imagen de la noticia

La imagen de la noticia
Autodefensas en Michoacán (foto publicada en Excélsior)

18 de marzo de 2013

Cambios


En los últimos días hemos sido testigos de diversos acontecimientos. Las noticias que nos han sorprendido no sólo son nacionales ni tienen que ver exclusivamente con la lamentable inseguridad o la violencia del crimen organizado, que de pronto tomaron las agendas periodísticas e invadieron de preocupación y temor al ciudadano. En el mundo se registraron sucesos históricos que invocan al cambio.
Hoy sabemos que Elba Esther Gordillo está en la cárcel acusada de desviar recursos del sindicato de maestros para enriquecer sus cuentas bancarias y mantener su estilo lujoso de vida. También fuimos testigos del acuerdo logrado en el consejo rector del Pacto por México para trabajar en la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones, un tema impensable en otros tiempos, cuando los intereses privados y los compromisos creados pesaban más que el desarrollo nacional.
Vimos, a principios del mes, a un PRI reunificándose en torno a la figura presidencial; se reconstruye después de 12 años de derrota presidencial y cambia sus documentos básicos. Le faltaba línea. Este fin de semana, el PAN comenzó a dar señales de cómo procesará su derrota electoral, su división interna, su mezquindad para apoyar sin reproches a Josefina Vázquez Mota. Sabremos cómo asumieron los panistas sus propias decisiones, por ejemplo su alianza con La Maestra, y qué harán con la reforma a sus estatutos.
De los partidos llamados de “izquierda” ni hablar, porque ni ellos saben quiénes son, qué quieren ni quién los representa. Confunden la pluralidad de ideas con la lucha de poder entre tribus.
Esto ha pasado en los últimos días a nivel nacional, pero en el terreno internacional las noticias no son menos importantes, por el contrario nos han mantenido en el filo de la butaca. Un ejemplo, la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez.
La otra noticia vino desde el Vaticano, primero la renuncia del papa Benedicto XVI y después la elección del nuevo pontífice, el miércoles 13 de marzo, un jesuita argentino llamado Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, Francisco.
En las dos últimas semanas América Latina ha sido el foco de la noticia.
El mundo refleja dinamismo, pero todos estos acontecimientos anuncian un cambio y eso es muy bueno, porque en el cambio está la evolución. Pero, ¿sabemos hacia dónde vamos? ¿Para qué cambiar? ¿Qué queremos como humanidad? ¿Estamos listos o sólo nos dejamos arrastrar por los acontecimientos?
Lo pregunto porque de qué sirve tener tras las rejas a Elba Esther Gordillo si no acabamos con la corrupción y la complicidad entre poderosos, si la omisión sigue presente. ¿Cuál es el compromiso con la educación? ¿La reforma educativa resuelve el rezago, atiende las necesidades de un sistema escolar agonizante, sin infraestructura, con maestros que rechazan prepararse y abrirse a las nuevas tecnologías e idiomas? ¿Se dotará a los planteles escolares con equipo de vanguardia, se arreglarán los inmuebles, los baños, los techos, los vidrios? ¿Se exigirá más compromiso a los padres de familia?
Y hay otras interrogantes para los partidos políticos, porque de nada sirve acordar desde las cúpulas del poder los grandes cambios, como la mencionada reforma a las telecomunicaciones, si no se sabe cabildear esos consensos con los militantes de sus partidos, si esas grandes reformas no benefician al ciudadano con una mayor calidad, pluralidad y equidad en los contenidos y servicios relacionados con la televisión, la radio, la telefonía, el internet.
¿Sirve que los partidos modifiquen sus estatutos si éstos no incluyen las necesidades de sus seguidores, de los ciudadanos de a pie que votan por ellos?
¿Venezuela está listo para evolucionar, para crecer económicamente y romper dogmas? ¿Continuará por la misma línea? Es indudable que con Chávez, más allá de filias y fobias, hubo una mayor repartición del pastel, pero Hugo Chávez no hizo crecer ese pastel y no fue suficiente.
Y la Iglesia católica, ¿por qué volteó a Latinoamérica? Sí, aquí es donde más fieles ha perdido, el número de católicos que hablan español se cuenta en millones y su suma se convirtió en resta. ¿Pero qué sabe de las necesidades del ser humano de hoy? ¿Está dispuesta a evolucionar su pensamiento para responderle y conquistar el corazón, el pensamiento y la voluntad del nuevo individuo, éste que ahora cuestiona, discute, demanda, que dejó de ser pasivo, que se informa y evoluciona?

Les comparto la liga:

Cambios | Excélsior

No hay comentarios:

Publicar un comentario