Los legisladores
nunca han destacado precisamente por gozar de una buena imagen ante el resto de
la población. Sobran las denuncias públicas de cómo se despachan con la cuchara
grande con altos salarios y viajes, y es frecuente que aparezcan retratados
durmiendo en las sesiones o jugando con sus iPads. Tampoco son un dechado de
imaginación a la hora de promoverse: recientemente difundieron spots en los que
casi casi teníamos que agradecerles hasta su existencia. Por si todo esto fuera
poco, nuestros políticos no se han percatado de la importancia de la imagen
pública sobre todo en tiempos de redes sociales. Lo mismo les da utilizar el
recinto camaral para una pachanga personal que compartir fotos tomando el sol
como una iguana o bailando al lado de personas vinculadas con el crimen
organizado, como la perredista Iris Vianey. Sin duda, a los legisladores no les
podemos regatear el mérito de desafiar todo el tiempo nuestra capacidad de
asombro
Les comparto mi comentario en Azteca Opinión:
http://www.azteca.com/capitulos/encuentro-de-opiniones/197069/encuentro-de-opiniones-la-imagen-publica-de-los-politicos
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