Los desplazados.

Las víctimas del crimen organizado no tienen más remedio que abandonar sus tierras. Se van porque no se puede vivir entre el fuego, las balas y las amenazas. ¿Cuántos desplazados? 62 mil familias en los últimos meses, según los estudios de la UNAM, la Universidad Iberoamericana y el Colegio de la Frontera Norte.
Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Baja California, Sinaloa y Durango son los estados abandonados. Justo donde se registran los enfrentamientos entre las organizaciones criminales.
Leticia Robles de la Rosa, reportera de Excélsior, publicó que por lo menos 2.5 millones de personas han salido de sus lugares de origen desde el 2008. Las causas: extorsiones, secuestros, pagos por "derecho de piso", robos y ejecuciones.
Los académicos indican que en Ciudad Juárez han salido 600 mil personas, aunque las autoridades locales sólo han podido documentar 300 mil.
En Chihuahua, los municipios de Guadalupe, Praxedis G. Guerrero, Ascensión y Madera se han quedado con muy pocos habitantes. Y los llamados pueblos fantasma son ahora: San Isidro, El Porvenir y Las Chepas. 
Otro dato: La Agrupación Mexicana de la Industria del Comercio Dental informó que han cerrado algunas clínicas dentales en Juárez, Tijuana y en Nuevo Laredo.
En abril del año pasado, 100 familias menonitas abandonaron el municipio de Migual Auza, Zacatecas, por el acoso de narcomenudistas.

Dejar el lugar de origen o donde se escogió vivir porque no existen condiciones de seguridad es una realidad cruda. Pero hay otro fenómeno que asusta: No poder llegar.
Sí, el crimen organizado ha ahuyentado a médicos, reporteros, campesinos, a cientos de ciudadanos que buscan un trabajo, pero que rechazan las plazas donde los grupos delictivos se disputan los territorios.
Un caso, Michoacán. Hay 50 plazas vacantes del IMSS y los aspirantes declinan porque esos puestos están en los hospitales y clínicas enclavados en sitios acosados por el narcotráfico, como Tiquicheo, Carácuaro, Tuzantla, Aguililla, Aquila, Coalcomán, Buena Vista Tomatlán, Parácuaro y Arteaga.
Territorios en disputa o dominados por los cárteles de La Familia, de Sinaloa o del Golfo.
Y si no se abandona la tierra donde se creció, el problema de la inseguridad no es menor y afecta a los más pobres. Sólo basta recordar que en las poblaciones serranas de Chihuahua se tuvieron que reprogramar las entregas de programas sociales como Oportunidades y Adultos Mayores, porque no había condiciones para la entrega de esos recursos.
El reporteo de Luis Salazar, coordinador de información Nacional de Excélsior, nos mostró que en cinco estados, el gobierno federal ha tenido que retrasar la ayuda a los más pobres. Salvador Escobedo, coordinador nacional del programa Oportunidades, le dijo que en Tamaulipas, Sinaloa, Nuevo León, Durango y Chihuahua se tuvieron que modificar las rutas de entrega y fechas de pago de esos recursos.
Abandonar, evitar llegar o estar con miedo. ¿No hay un destino mejor?

La imagen de la noticia:

El presidente Felipe Calderón en los Diálogos por la Seguridad (Foto Mateo Reyes, Excélsior)