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Autodefensas en Michoacán (foto publicada en Excélsior)

29 de septiembre de 2011

Clases de Civismo

Les comparto mi artículo de opinión publicado en Excélsior, el domingo 18 de septiembre:


CLASES DE CIVISMO

Los escándalos parecen ser la única lección a aprender en los recintos parlamentarios

Cuando los niños juegan a la política y acuden a un recinto legislativo para aprender del quehacer parlamentario, el derecho a la participación y a la propuesta, terminan por imitar el rol de algunos legisladores: toman la tribuna, sacan pancartas y montan un espectáculo que no ayuda en la construcción de los deberes cívicos.
Eso pasó el martes 13, en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, cuando 51 niños de diferentes escuelas participaron en el Segundo Parlamento Infantil. Los alumnos de sexto de Primaria y primero de Secundaria fueron convocados a expresar sus inquietudes, los problemas que hay en sus comunidades y las propuestas de solución.
Los estudiantes fueron invitados al salón de sesiones de Donceles y Allende para realizar un ejercicio democrático. Ellos, los pequeños legisladores, asumieron su papel con responsabilidad; prepararon sus temas y expusieron lo que les preocupa: escasez de agua, bullying, seguridad en las escuelas y protección del medio ambiente.
En eso estaban, aprendiendo a debatir con argumentos, cuando tres niñas tomaron la tribuna, interrumpieron al orador y sacaron una cartulina que decía: “Luchemos todos por los derechos de los niños y niñas”.
Nos estamos acostumbrando al espectáculo en los recintos legislativos. Hemos visto a políticos tomar la tribuna, desplegar mantas, colocarse máscaras de cochino u orejas de burro, entrar con caballos y arrojar costales con boletas electorales.
Ya vimos a diputados bloquear los accesos en la Cámara de Diputados para que Vicente Fox no entregara su último informe de gobierno y un año después, los legisladores de oposición intentaron impedir que Felipe Calderón rindiera protesta como Presidente de la República.
A la Asamblea entraron mujeres en ropa interior y el diputado Cristian Vargas Sánchez, en una ocasión, destrozó una puerta de cristal y, en otra, colocó bajo la tribuna una bicicleta, que obtuvo a golpes; quizá por eso a la legisladora Edith Ruiz Mendicuti se le hizo natural propiciar el escándalo en el Parlamento Infantil.
Las niñas no subieron a la tribuna ni interrumpieron a su compañero por iniciativa propia, de hecho estaban apenadas, y el resto de los estudiantes, desconcertados. Un colaborador de la diputada Ruiz Mendicuti les pidió que hicieran ese “pequeño show” y les entregó la cartulina que tenía que mostrar.
Así enseñan civismo nuestros legisladores.
Se les olvida que el civismo fomenta  un comportamiento respetuoso que nos permite convivir de manera ordenada y pacífica en la sociedad, y nos enseña el valor de la autoridad, de las leyes, de los símbolos patrios, de las instituciones y de los miembros de nuestra comunidad.
Y los deberes cívicos adquieren mayor relevancia cuando los ciudadanos ocupan cargos públicos y nos gobiernan.
El Parlamento Infantil surgió para propiciar un espacio en el que los niños aprendan a ejercer plenamente su derecho a la participación, y con sus propuestas promuevan los cambios que ellos consideran necesarios para su comunidad.
Es un taller para construir un proyecto de país democrático, plural y reconocer los valores de la transparencia, la honestidad y el compromiso.
Pero en la Asamblea lo que vimos fue una lección de incivilidad, esa que se propaga, merma la convivencia y destruye una sociedad.
Con su “civismo”, los legisladores desgastan la figura parlamentaria, abonan al descrédito de los políticos, pierden el respeto de la ciudadanía y le quitan el legítimo valor a la protesta.
El próximo martes, Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del D.F., acudirá a la Asamblea a rendir su Quinto Informe de Gobierno, ¿cuál será la clase de civismo que veremos?

Aquí el enlace:

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