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Autodefensas en Michoacán (foto publicada en Excélsior)

19 de abril de 2012

Tierra Caliente

En Michoacán la omisión también es complicidad.

Desde el 15 de septiembre de 2008, cuando el crimen organizado arrojó dos granadas de fragmentación en pleno festejo por la Independencia de México, Michoacán perdió el control de su seguridad, de sus corporaciones policiacas y de sus funcionarios. Sus autoridades cedieron terreno al crimen organizado por complicidad y omisión.
Los michoacanos han tenido que adaptarse para vivir, trabajar y formar familias en una entidad donde las extorsiones se volvieron cotidianas, se desconfía de los policías y de las autoridades municipales, se levantan muertos, se oyen tiroteos, se queman vehículos y se cierran carreteras, como sucedió en diciembre de 2010 en Apatzingán, Morelia, Zitácuaro, Ciudad Hidalgo, Zinapécuaro, Uruapan, Mújica, Pátzcuaro y Lázaro Cárdenas.
El próximo domingo 13, esos mismos michoacanos acudirán a las urnas para elegir gobernador, 40 diputados locales y 113 alcaldes. La tierra está caliente y el electorado enojado.
La violencia y los asesinatos impunes siguen. El miércoles mataron al alcalde de La Piedad, Ricardo Guzmán, le dispararon con una escopeta mientras repartía propaganda electoral de la candidata panista al gobierno del estado, Luisa María Calderón, hermana del presidente Felipe Calderón.
En México han asesinado a 32 alcaldes, de 2008 a la fecha, cinco de ellos en Michoacán.
¿Por qué las autoridades federales y estatales no asumen que en Michoacán hay un problema de seguridad que se evidenció con los llamados granadazos del 15 de septiembre en Morelia?
En ese estado no sólo hay balaceras, muertes, producción y tráfico de droga, también hay corrupción y complicidad entre autoridades y crimen organizado, pero lamentablemente no pasa nada. No hay justicia ni castigo, como sucedió en el 2009 cuando la Policía Federal y el Ejército detuvieron a 11 presidentes municipales, 16 funcionarios y a un juez acusados de tener nexos con el crimen organizado. Nada pudo comprobarse y hoy todos están libres por falta de pruebas.
Está el caso del medio hermano de Leonel Godoy, gobernador de Michoacán. A Julio César Godoy Toscano, actualmente prófugo, la Secretaría de Seguridad Pública lo acusó en 2009 de lavado de dinero y de tener vínculos con el grupo criminal de La Familia Michoacana.
La complicidad con esa organización delictiva se demostró un año después, en 2010, cuando la PGR difundió unas conversaciones telefónicas entre Godoy Toscano y uno de los líderes de La Familia, Servando Gómez, alias La Tuta.
Después vinieron los cierres de carreteras, los incendios, los bloqueos y Michoacán pasó del yugo de La Familia Michoacana al de Los Caballeros Templarios.
Con el terrible y lamentable asesinato del alcalde de La Piedad, los criminales dieron una señal más de su nivel de penetración en procesos electorales. Ya no se conforman con financiar de manera ilegal algunas campañas, ahora también pretenden mandar mensajes de miedo para amedrentar a la sociedad, a las autoridades y a los partidos políticos, ya lo vimos con el asesinato de Rodolfo Torre Cantú, candidato a la gubernatura de Tamaulipas, por la alianza PRI, PVEM y Panal.
En esa tierra caliente de Michoacán hay mucho por limpiar y su gobernador Leonel Godoy tiene mucho qué explicar. La omisión también es complicidad y eso cuenta para el próximo gobernador o gobernadora, para los futuros alcaldes y diputados locales.
 Los michoacanos esperan respuestas, no son ciudadanos pasivos y el domingo 13 acudirán a las urnas y con su voto castigarán a quien les falló.
                Subdirectora editorial de Excélsior
                fabiola.guarneros@nuevoexcelsior.com.mx
                Twitter: @Fabiguarneros

 Publicado el 6 de noviembre de 2011, les dejo la liga:

http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=780810

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